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Cómo Obtener un Diagnóstico Adecuado en Salud Mental

  • Foto del escritor: M. en N. Abril Terrón Bastida
    M. en N. Abril Terrón Bastida
  • 20 dic 2017
  • 3 Min. de lectura

El diagnóstico en salud es la habilidad del clínico de definir el padecimiento específico analizando los datos arrojados por la entrevista, la exploración y el uso de auxiliares diagnósticos. Conocer la naturaleza del padecimiento permite descartar otros similares y actuar en consecuencia.

Desafortunadamente, muchas veces no tenemos conciencia de la importancia que tiene lograr un diagnóstico adecuado en salud mental. En consulta he conocido muchos pacientes con diagnósticos incompletos, erróneos o incluso con diagnóstico verbal del amigo, conocido o de ellos mismos. Muchas veces el paciente no cree tener padecimiento alguno, se tiende a pensar que con el tiempo, con ser escuchado o tomando un par de talleres, el malestar simplemente se irá y cuando no sucede nos sentimos frustrados.

Es por ello que este artículo pretende orientar al lector a buscar el especialista adecuado para su necesidad específica de salud, y lograr el mejor resultado en su tratamiento, para lo cual te recomendamos seguir 4 sencillos pasos:

1. Identifica los síntomas

Hay malestares a los que algunas personas nos acostumbramos y se empiezan a considerar normales, dejando el tratamiento para cuando la gravedad de los síntomas complica la intervención.

Cualquier sensación o situación anormal frecuente o intensa nos dice algo; ten más atención y conciencia de cualquier alteración como:

  • Sensaciones afectivas

  • Malestares o cambios físicos

  • Problemas de conducta

Mientras más conciente estés de tus síntomas más fácil será encontrar al especialista indicado y ayudarle a realizar un diagnóstico acertado. Los primeros datos clínicos son los que nos refiere el paciente, no omitas NADA.

2. Busca información de fuentes confiables

Recuerda que cualquiera con una computadora y acceso a Internet puede abrir una página y postear. No hay ninguna regulación al respecto.

Al procurar informarnos no siempre analizamos lo que leemos y casi nunca revisamos la veracidad de la información; muchas personas desinforman al publicar más ideas personales que datos objetivos, o están tratando de vender un producto más que orientar clínicamente.

Verifica el objetivo de la página, la preparación del autor y la veracidad de la información. Contrasta con información de otros medios, con otros enfoques y sobre todo asesórate con un médico en consulta, no ignores la importancia de la exploración física y consigue un diagnóstico probable.

3. Encuentra al especialista adecuado

Existen muchas ramas de conocimiento involucradas en el estudio de la salud física y mental para explicar y tratar sus padecimientos. La conducta y el desempeño cognitivo y afectivo están relacionados con otras varias funciones corporales como neurológicas, hormonales, psicológicas, psiquiátricas y hasta inmunológicas de acuerdo a los últimos estudios.

Si estás consciente de tus síntomas y tienes ya cierta información y orientación médica, puedes buscar al especialista indicado de acuerdo al diagnóstico probable, y pedir referencias a tu médico o familiares. Investiga también la trayectoria y preparación del especialista que va a atenderte y recuerda que nunca está de más una segunda opinión.

4. Sé juicioso con las ofertas “mágicas”

Si tienes una infección por virus y te automedicas un antibacteriano no te ayudará en nada pues necesitas un antiviral: con la salud mental es exactamente igual.

Dependiendo de tu padecimiento, puedes o no encontrar ofertas de productos, cursos, terapias y pseudos-disciplinas que si bien pueden tener alguna utilidad, no necesariamente cuentan con fundamento clínico para cualquier padecimiento; peor aún, algunos incluso tergiversan la información científica y médica para adecuarla a su oferta y anclar a las personas con datos mal interpretados.

Infórmate, aprende a identificar el discurso de venta y a diferenciarlo del consejo clínico, y sobre todo dedícale tiempo a tu bienestar, desconfía de las curas “express”.

Ahora que conoces tu padecimiento, contrasta la utilidad que las ofertas realmente tienen para él. Investiga e infórmate antes de acudir a técnicas precarias o cuyo alcance no incluya tu padecimiento.

Si haz hecho lo anterior, seguramente podrás encontrar la orientación clínica que necesitas. Ahora te queda ser honesto contigo mismo y seguir las indicaciones médicas pertinentes para ayudar a tu cuerpo y mente a recuperarse. Comprométete con tu salud.

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